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12 historias de éxito DISAL

DisalArtículos 12 historias de éxito DISAL

12 historias de éxito DISAL

Entrega. Pasión. Aprendizaje. Agradecimiento. Valentía. Son algunas de las características de las historias de 12 trabajadoras de Distribuidora Salvadoreña, quienes a partir de sus talentos y desde distintas unidades de trabajo, nos cuentan lo que para ellas significa el éxito.

En el marco del Día Internacional de la Mujer queremos destacar la labor de nuestras colaboradoras; al mismo tiempo, remarcar que somos una empresa que apuesta por la equidad de género y la igualdad de oportunidades, dos aspectos fundamentales que contribuyen a que las personas logren un bienestar personal, laboral y familiar.

 

Patricia Moreira recuerda muy bien las sensaciones que tenía en 2009, cuando comenzó a trabajar en Distribuidora Salvadoreña. “Tenía un año de haberme graduado de médico, me dieron la confianza y mi formación ha sido en este lugar”. En 2023, después de tantas experiencias, resume lo que significa un éxito integral: “DISAL proporciona los elementos necesarios para que la mujer pueda desarrollarse, no solo en la parte profesional, que es importante, sino también en otros ámbitos: ser mujer de casa, esposa, tener una familia”.

Los programas y beneficios que Distribuidora Salvadoreña ofrece a sus colaboradores, con un fuerte foco en la atención médica, psicológica y de la salud preventiva, son fundamentales para lograr un desarrollo integral en los trabajadores. Patricia Moreira ha sido clave en el diseño de los programas que buscan el bienestar de los integrantes de la compañía, de ahí su convicción de que el éxito depende de un trabajo a conciencia en lo emocional, físico y laboral.

“Cada mujer tiene su definición de éxito… en mi caso, además de la parte profesional está mi familia. Creo que cada mujer debe definir el éxito e ir creando las condiciones para lograr ese objetivo”.

 


 

Angélica Campos define sus 13 años de trabajo en DISAL como un viaje de aprendizaje. Cuando cursaba bachillerato tuvo la oportunidad de ingresar a la empresa por medio de una pasantía. “Yo inicié labores un 26 de mayo de 2011 en el área de contabilidad. Mientras estuve en esta unidad de trabajo logré graduarme de la licenciatura en mercadeo”.

Los ocho años de experiencia en contabilidad no le hicieron perder sus sueños de dedicarse a una labor vinculada al área comercial. “Apliqué a varias plazas y me dieron un espacio en televentas, posteriormente tuve la oportunidad de cubrir a una compañera de trabajo y eso me sirvió para mostrar mis habilidades en el manejo de cuentas claves”, menciona.

Ahora, como parte del equipo comercial, agrega un punto importante para lograr el éxito: las oportunidades de crecer en un ambiente de igualdad de género. “Estoy agradecida por la confianza, actualmente la mujer tiene poder en DISAL y eso lo veo muy bien. La mujer es funcional y puede cumplir con las responsabilidades familiares y laborales”.

 


 

Karla Alfaro comenzó su experiencia con la empresa en trabajos temporales, luego tuvo la oportunidad de cubrir una plaza a tiempo completo. Su primera misión: envasar productos y revisar el etiquetado; eso fue hace seis años, en aquel momento no imaginó que el destino en la compañía le tenía varias oportunidades.

“En un momento cubrí el puesto de asistente administrativo, luego volví a producción, pero por un período corto de tiempo ya que me contrataron en el área de control de calidad… estas oportunidades han sido importantes”, menciona. Pero faltaba encontrar el balance con los estudios universitarios.

“Me apoyaron para seguir estudiando, lo bueno es que la empresa es accesible”, agrega Alfaro, quien ya prepara su tesis sobre seguridad, salud industrial y medio ambiente para graduarse de ingeniería industrial; por cierto, este trabajo también lo realizará en DISAL.

“Cada persona debe luchar por lo que quiere, siempre y cuando persevere con fe y confianza”.

 


 

“Siempre tuve trabajos temporales, hasta ahora”, Xiomara Calderón considera que la estabilidad laboral que le ofrece Distribuidora Salvadoreña es parte importante en el desarrollo de otras áreas de su vida.

“Comencé a trabajar el 2 de junio de 2012 en Inversiones Montecarlo, en la parte de producción; posteriormente, tuve la oportunidad de trabajar en el área de servicios, esa fue mi primera gran etapa”, recuerda Calderón, quien es madre de cuatro hijos.

El éxito para Xiomara depende de la ayuda de Dios y de construir lazos de amistad con las personas. “Me recomendaron varias gerentes de marca para poder tener la plaza en Drinkit, estoy muy agradecida. Drinkit es un escenario totalmente diferente, al principio tenía temor porque eran tantas marcas, tantos productos, pero me capacitaron y poco a poco encontré la clave para ser dependiente de tienda”.

“Para salir adelante lo primero es Dios, ya que nunca nos deja solos, uno tiene que luchar y animar a las mujeres a no sentirse derrotadas jamás”.

 


 

“Entré a DISAL el 14 de febrero de 2011… un momento bien romántico, por la fecha”, recuerda entre risas Luisa Artiga. Fue el inicio de un proceso interesante porque era la primera mujer en el equipo de tecnología y sistemas. “Arreglaron la oficina para darle un toque más femenino, aunque yo tengo un carácter fuerte. En DISAL no he visto preferencias por género, hay diversidad”.

El trabajo, por naturaleza, es demandante y Luisa menciona que como equipo han logrado cumplir las expectativas con entrega y compromiso, dos capacidades que van más allá del género. “Uno debe estar pendiente siempre; cuando hay turnos, por ética, hay que preguntar al compañero de trabajo cómo se siente, mientras exista un pendiente debo estar ahí”.

Luisa, ubicada en la esquina de la oficina, rodeada de tres computadoras y varios celulares, dice que el éxito depende de las ganas de hacer bien las cosas junto al apoyo de la empresa. “En 12 años logré culminar mis estudios y salir adelante, estoy muy agradecida por las oportunidades… y aquí seguimos”.

 


 

“Yo vine a DISAL y siempre supe que Dios tenía cosas grandes para mí, no lo puedo explicar de otra forma”, dice Norma Alfaro en una parte de la entrevista, la cual fue muy temprano por la mañana porque su trabajo requiere visitas a gasolineras y tiendas claves.

Hace 17 años comenzó como impulsadora de productos, cubrió rutas de abastecimiento y en ese proceso comenzó a darse cuenta que podía sacar el máximo provecho de sus capacidades. “Oportunidades para crecer en esta empresa siempre hay, desde que yo recuerdo siempre hay una ventana de oportunidades, depende mucho de la personalidad y la actitud de cada quien… Hubo restructuraciones y aproveché la oportunidad para crecer”, señala Norma.

Menciona que el favor de Dios también se traduce en darle un lugar en una empresa con diversidad de género, con líderes mujeres que la inspiran y con la oportunidad de tener tiempo para atender a su hijo. “Todos los días trato con mujeres, en otros ámbitos, y me comentan que tienen inconvenientes de pedir permiso de ausentarse en caso sus hijos se enfermen… eso no sucede acá y estoy agradecida de este beneficio”.

 


 

Cuando Leydi Galdámez trabajó como promotora de ventas, se dio cuenta de la importancia de la atención al cliente, eso fue hace siete años; desde ese momento, menciona, ha logrado lo que considera uno de sus grandes éxitos: desarrollarse laboralmente.

“Me dieron la oportunidad de ascender a asistente de promociones off premise, luego apliqué a la plaza vacante de asistente administrativo de créditos y cobros… en DISAL te permiten ese crecimiento, sin distinción de género”, destaca Galdámez.

Por circunstancias ajenas a la empresa, Leydi tomó un rumbo distinto en su parte profesional, pero nunca perdió los lazos de amistad y confianza. “DISAL volvió a confiar en mí y ahora me desempeño como supervisora de distribución en San Miguel. Es un puesto desafiante, tengo a cargo al grupo de distribución y bodega, el 95 por ciento de los colaboradores son hombres y siento que es un gran reto como mujer”.

Además del trabajo, otro éxito es la oportunidad de compartir en familia. “Tengo el tiempo de llevar a mi hijo a practicar su deporte favorito, ayudarle en otras actividades… eso es muy especial”, finaliza.

 

 


 

Para Ruth García, Distribuidora Salvadoreña representa un enorme apoyo en su vida profesional.

Cuando ella decidió estudiar ingeniería en logística y aduanas sabía que debía dar el 100 por ciento de su esfuerzo. Tal fue la entrega que le ofrecieron una beca. “Elegí la modalidad de estudio dual de ITCA-FEPADE, en la cual una empresa apadrina los primeros dos años de estudio”. En ese momento los destinos de Ruth y DISAL se unieron.

“Resulta que, de toda mi generación, fui la primera estudiante que una empresa decidió apadrinar, éramos 60 estudiantes aplicando… tuve la entrevista y me dieron la oportunidad de hacer mis pasantías”. Siete meses después apareció la oportunidad de una plaza fija, “no lo pensé dos veces, estaba en mi área; además, siempre me identifiqué con los valores de la empresa, me sentí parte de DISAL desde el inicio”, recuerda García.

Ruth está cerca de finalizar sus estudios y tiene una frase que se repite desde hace mucho tiempo: “el éxito no llega por casualidad, hay que buscarlo”, y esa búsqueda constante le permitió ganar otra beca, esta vez de parte de una prestigiosa universidad de los Estados Unidos. “Me encantan los temas de liderazgo y quiero seguir formándome académicamente”.

Esta nueva oportunidad es motivo de orgullo para la familia DISAL, ya que los éxitos de nuestros colaboradores los sentimos como propios. ¡Buen viaje Ruth!

 


 

Jessica Bazan ha encontrado su lugar en el mundo del ron. El que hasta ahora constituye uno de sus mayores éxitos, ha sido un camino de múltiples desafíos, lecciones y momentos especiales.

Comenzó a trabajar en DISAL en 2017 y un año después le ofrecieron la oportunidad de ser gerente de marca para Licores de Guatemala, una propuesta que Jessica pensó dos veces por el desafío de trabajar en un escenario que, históricamente, pertenece a los hombres. “Pensé que podía hacer algo diferente. Mis jefes me dieron la confianza y su apoyo fue clave. A mí me gusta mucho pensar fuera de la caja, pero al mismo tiempo soy estricta con las políticas y lineamientos de las marcas”, señala Bazan.

Desenvolverse en el mundo del ron no fue sencillo al inicio, pero conocer las historias de éxito de otras mujeres, le dieron valor. “Yo me inspiré mucho en Lorena Vásquez, la master blender de Zacapa y de Isabel Medina, la embajadora global de Ron Botran; ellas me comentaron que el mundo del ron es de los hombres, pero quienes le ponen la belleza son las mujeres, esas palabras las recuerdo mucho y entendí que necesitaba de mi astucia y creatividad”.

Entre los logros de Jessica destacan tres premios a la excelencia internacional, otorgados por Licores de Guatemala, los cuales no habría conseguido sin el apoyo de las autoridades de DISAL, sus amigos y seres queridos. “Ahora tengo mi propio equipo, dos personas de DISAL que me acompañan. Me siento muy bien porque puedo enseñarles lo que yo aprendí, gracias al conocimiento que muchas personas compartieron conmigo”, agrega Bazan.

 


 

Ángela Aguilar ya tiene 19 años de ser parte de la familia DISAL, tiempo que le ha permitido desempeñarse en varios puestos y, lo más importante, aprender que la clave del éxito es la fe en Dios y el compañerismo. “Comencé como promotora en supermercados, con los años pasé a ser supervisora, ahí conocí a grandes personas, fue una experiencia muy bonita”, recuerda Ángela.

Cuando llegó el momento de ser parte de la fuerza de ventas, no dudó en aceptar el desafío. Cada crecimiento, comenta, tiene sus particularidades. “Hay muchos obstáculos, hay que adaptarse, pero con la ayuda de Dios se puede salir adelante y se supera todo”.

El trabajo en DISAL le ha enseñado la importancia de apoyarse entre colaboradores, “hay muchas personas que me han recomendado, no puedo quedarles mal, me tengo confianza”. Al mismo tiempo, Ángela señala que la clave del éxito es el balance familia – trabajo, “tener un equilibrio con mi familia, eso lo he aprendido y es importante dedicar tiempo con mis seres queridos, con ellos y con la fe en Dios seguiré escalando en DISAL”, señala Aguilar.

 


 

Cuando Cristina Castro recuerda su experiencia en DISAL, se emociona. En la entrevista, al inicio, estuvo al borde de las lágrimas. “Ya son 28 años… es toda una vida”, Cristina recupera el aliento y cuenta su historia. Ella tiene muy claro el concepto de éxito: las oportunidades bien aprovechadas para sacar adelante a los seres queridos y, al mismo tiempo, lograr superarse como profesional.

“Nunca imaginé durar tanto tiempo… he trabajado en la parte de envasado de producto hasta el puesto que tengo ahora, como auxiliar de producción, estoy muy agradecida con la empresa y con Dios porque esta oportunidad me permite ayudar a mi familia”.

Cristina señala que muchos factores permiten que una mujer logre un desarrollo integral; uno de los más importante, a su juicio, es una empresa que permite que sus trabajadores tengan un balance de tiempo entre el trabajo y la familia. “Si tengo un problema de familia, con mis hijos, tengo el espacio para resolverlo, me brindan ese beneficio y eso es muy importante, no sucede en cualquier empresa”.

 


 

Carolina López tiene claro que, si el trabajo se disfruta con pasión, más que una labor será una experiencia enriquecedora. En sus ocho años de laborar en Distribuidora Salvadoreña ha formado parte de varios equipos de trabajo: comenzó en el área de créditos y cobros, luego fue trasladada al área comercial como asistente de cuentas claves y actualmente es key account, específicamente vendedora directa de DISAL para supermercados.

“Desde el inicio siempre me ha gustado lo que hago, todo lo que me enseñaron, la verdad uno nunca deja de aprender, hasta el momento siento que todo ha sido un crecimiento dentro de la empresa”, comenta López.

Agrega que, si un colaborador le imprime pasión a su trabajo y, al mismo tiempo, la empresa tiene espacios para que las personas puedan desarrollarse de forma equitativa, sin diferencias entre hombres y mujeres, entonces el crecimiento es integral. “Siento que soy parte de la empresa. Me siento cómoda, hay jefes y líderes que me han enseñado muchísimo. Siento que las mujeres están empoderadas para salir adelante”.

Carolina considera que para complementar el éxito es necesario que en la vida de cualquier colaborador haya un espacio para divertirse, para compartir en familia y luego volver al trabajo con mucha más inspiración. “Una persona encuentra la forma de salir adelante, si hay obstáculos de cualquier manera se pueden sobrepasar, eso es lo que me apasiona, cumplir con los objetivos”.